El sábado 14 de junio 2008 se celebró en la Librería Lectura de Caracas - Venezuela, el acto de presentación del nuevo libro de poesías de Francisco Alarcón titulado Da la Cara.
En un cálido compartir, los asistentes tuvieron la oportunidad de disfrutar los poemas del libro, recitados por Julio César Arreaza, Pancho Massiani y Eduardo Mayorbe .
Julio César Arreaza seleccionó para declamar el poema A veces:
A veces, dejo que la “suerte” me guíe, como un “papagayo” sin cola Son los días de hastío viendo un país indiferente, inelocuente, destartalado, salen las figuras plañideras, individuos en desuso dando consejos.
A veces, me provoca aunque sea tirar una piedra, romper el vidrio de la indiferencia, comenzar algo que de en el blanco, no dejarle todo a la indolencia que me lleva al fastidio
Críticas redundan como lluvias en letargo, todo el día llueve pero no pasa nada, de qué sirven las filípicas si no erosionan, si no hay volcán,únicamente las cenizas de siempre las que abundan aquí
A veces, me quiero ir hacia donde la geografía me quiera recibir, donde la lluvia lave la cara y la honra donde eructen las lavas
Los Baleares, no lo sé, pero que no haya calma, sino lo que ha de haber Donde retumbe y rompa mi fastidio Días de hastío, sólo son…?
Pancho Massiani destacó que el nombre del libro fue tomado del poema A ti:
...Dónde te ocultas, da la cara muestra tu bondad en cada acto de la humanidad y no tiembles ante la propia desconfianza que tu mismo no puedes contener descúbrete alguna vez no en esencia etérea para saber quien eres tú, con tu bondad infinita con responsabilidad pagana y sabiduría humana dime por qué te escondes del hombre que has creado.
Intelectuales, artistas, pintores, escritores y diversos representantes de la sociedad venezolana se dieron cita en la Librería Lectura del centro comercial Chacaíto de Caracas, entre ellos: Antonieta Bustamante, Rosana Ordoñez, América Ratto, Elizabeth Genesca, Carolina Jaimes Branger, Susana Colucci,Teódulo López Meléndez, Régulo Pérez, Américo Martín, Jorge Gómez Mantelini, Héctor Pérez Marcano, Cipriano Heredia, Miguel González, Fredy Salazar...
A casa llena, luego de la amena presentación, el poeta dedicó personalmente los libros y, entre copa y copa de vino, todos compartieron en una agradable tertulia.
Divagando
Yo no tengo ningún erario, sólo sol y paz Dejarlo en algún lugar será mi cumbre final,
poca cosa me pide la tierra de alabastros llena, de boñigas y piedras Generación no espontánea que yació en el universo veré como se destruye todo o se recompone en algún umbral
Ya estaré, en la más lánguida existencia sin perturbar a nadie aún queriéndolo No tendré provisiones de subsistencia, no necesitaré de la amistad ni de la compañía de ninguno
No arrastraré afiliación seré yo en el nirvana del universo Tragando polvo, comiendo alabastro, transformándome en un desaforado espectro Sin voz ni voto; sin amor placentero, sin recuerdos que me aten a alguna esperanza Estaré en libertad, como ha de estarse cuando todo desparezca
No tendré morfología, no me pareceré a nadie, No seré el oscuro recuerdo de los desalmados Perteneceré a otra esencia de cálidas temperaturas O cubierto de glaciares cuando amanezca
No habrá pensamiento que prevalezca Los átomos no piensan, no hieren, o insultan No son seres, son partes y solo ellas desunidas o unidas no volveré a tener ser
Me perdonaran, los perdonaré, jamás lo sabré por haber transcurrido en estas mustias tierras de adoquines, asombros de ignominia, destrezas de la “vida” no oiré, desprendido de la galaxia superior estaré reflotando quizá para siempre,
quizá para siempre, pensando en ti, si mi cerebro funciona inmanente a tus pasos Podrá ser, no lo sabré hasta tanto me halle en el paseo sideral Sin penas que me atosiguen, sin gente que me rodee Sin perjuros que rindan amistad infame
Sin lealtades “familiares”, sin vida que me acompañe, para un recordar de almas sin existencias no es la muerte a lo que me refiero ni al “mas allá”
Es a mi viaje cósmico para el cual me preparó ahora que todo está descompuesto, deshecho, compartido con mediocres coexistencias Con pertenencias ajenas, con la diatriba diaria como el tema augural. No muere el firmamento, mueren ellos, o en mejor castellano fenecen en su propio quehacer
La desgracia nos abrumó y nos seguirá abrumando no hay final para estos quehaceres Solo hay treguas entre uno y otro abatimiento para allá voy, para allá siempre quise ir en retiro
Francisco Alarcón
En austera autobiografía -próxima a salir-, dice el poeta: soy hombre de breves palabras en la vida cotidiana, mi vida me la debo a mi mismo. No he podido hacer fortuna porque nunca fue mi propósito final. Me afino a la poesía porque es el lenguaje más breve y hermoso para comunicarme con los seres humanos. Es conciso, directo, cierto, veraz, proviene de la entrañas, no caben las mentiras, ni hay remilgos. Es la realidad tangible del ser. Creo en la filosofía como vehiculo de compresión del cosmos, creo en Dios.
Los avatares de la vida son parte de ella. Hay que vivirlos. Hay que sobrellevarlos con dignidad, no me gusta la pobreza ni la riqueza extrema. Soy partidario de un término medio, donde podamos existir con decencia. Una vez escribí ‘soy hijo de nadie’, pues no lo soy, tuve un padre bastante honorable y tengo una madre igual. Reniego, a veces, de lo que no vale la pena renegar, no siento odio por nadie, prefiero el olvido que los malos reencuentros. Volver a lo que fue es como volver a lugares ignotos… Desde que navego en Internet veo un mundo sin cotos, igual me da ser italiano, español o de donde soy. El termino ‘Patria’ es mezquino y la libertad y principios son universales… En oportunidades el recuerdo nos juega malos repasos. Mi vida, es como es hoy, estoy aquí, mañana no lo sé. Me entrego a mis escritos, convivo con ellos… Resido en Caracas en el mismo sitio donde casi nací… Cumplida está autodescripción que quizá abre la parte de su obra más profunda y transparente con “Da la Cara” y que continuará en una nueva entrega con “Prosas Fúnebres
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